-Dejando a un lado la crítica: juzgar a los demás y a nosotros mismos cierra la comunicación y hace que se activen mecanismos de huida o ataque que no favorecen el encuentro. Algunas personas son excesivamente críticas consigo mismas, y quedan atrapadas en conductas perfeccionistas que las paralizan.
-Evitando las generalizaciones: las expresiones siempre o nunca no favorecen la fluidez en la comunicación en tanto no nos permiten encontrar alternativas. No es positivo utilizar este tipo de lenguaje con los demás y tampoco en relación con nosotros mismos.
-Conectando con nuestros sentimientos: es habitual que no preguntemos qué pensamos de esta situación, pero sería muy bueno que empezásemos a preguntarnos también cómo nos hace sentir esta situación. Es útil buscar el vocablo preciso que designe cómo nos sentimos y ser lo más concretos posibles; por ejemplos, si decimos "me siento bien", ese "bien" puede significar "felices", "entusiasmados", "aliviados", "agradecidos", etc.
-Expresando nuestras necesidades a través de "mensajes yo": lo que digan o lo que hagan los demás puede ser un estímulo, pero nunca la causa de nuestros sentimientos. Cuando conectemos nuestros sentimientos con nuestras necesidades, será más fácil que los demás se dispongan a escucharnos y a comprendernos. Una manera simple de conectar sentimientos con necesidades es a través de la expresión: "Me siento..., porque yo...".
-Pidiendo lo que necesitamos para estar mejor: pidamos lo que necesitamos para estar mejor de un modo concreto, expresando lo que queremos de los demás y no lo que no queremos, y evitando exigir o culpar. Tengamos presente que el objetivo de la petición es establecer una relación calidad, basada en la sinceridad y el respeto.
-Pidiendo confirmación del mensaje: para asegurarnos de que lo que pedimos se ha entendido, pidamos a nuestro interlocutor que nos resuma o nos repita con sus palabras el mensaje que le hemos transmitido. Si bien este puede sentirse sorprendido en un principio, su actitud seguramente cambiará cuando le expliquemos que no dudamos de su atención, sino que queremos comprobar si nos expresamos con claridad.
Finalmente os propongo un cuento para infantil que trata el tema de la compasión:
Davinia Solbes Martinez
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